miércoles, 14 de enero de 2009

El sector agrario en estado crítico

Los últimos datos e índices económicos relativos al sector agrario revelan con absoluta claridad la profundidad de una crisis que viene anunciándose desde mucho antes que el actual Gobierno no tuviera otro remedio que reconocer la crisis generalizada. Pero la crisis agraria viene de mucho antes.

La renta agraria del año 2008 es de 23224 millones de euros, lo que representa una caída del 3,4% respecto al año anterior, una disminución que se sucede año tras año, desde el año 2004. El año 2003, último año de Gobierno del Partido Popular, la renta agraria ascendió a 26339 millones de euros, o sea, que desde entonces hasta ahora la renta agraria ha bajado en más de 3000 millones de euros.

Los datos han sido publicados por el Ministerio de los Medios, o sea del Medio Ambiente, Rural y Marino antes llamado de Agricultura y contrastados por Eurostat, por tanto se trata de cifras objetivas, no manipulables y ciertas, aunque las de este año que son provisionales pueden ir a peor, porque todavía no se ha estimado en los resultados, la caída del precio de los cereales de los meses de noviembre y diciembre que ha sido muy importante.

Diversas causas han provocado la actual situación. Por un lado, el estancamiento de los precios percibidos por los agricultores y ganaderos, aunque los precios en destino que pagan los consumidores se disparan y pueden indicar lo contrario, y por otro lado, el importante aumento de los costes de producción principalmente de los carburantes, energía y fertilizantes.

La diferencia de precios en origen y consumo es abismal. Publicar mensualmente la lista de precios del máximo número posible de productos, reducir la larga cadena de distribución y los márgenes de intermediación y promover la reducción de la cadena a través de las diversas formas de asociacionismo, es uno de los muchos caminos que quedan por recorrer.

Sobre los costes tampoco se actúa. Ahora mismo resulta incomprensible que la bajada del precio del crudo, no se haya repercutido en el coste de los carburantes y los fertilizantes, como es inexplicable que no se hayan prorrogado las tarifas especiales de riego a los agricultores, a los que se ha engañado sobre una frustrada e inexistente negociación con las eléctricas y la fiscalidad que soporta el Sector también es excesiva. Así las cosas cuando los precios que percibe el productor están congeladas y los costes se disparan, la rentabilidad es imposible.

Pero es que el futuro, tras los pésimos resultados para España del chequeo médico de la PAC, es todavía más sombrío. Porque el aumento de la modulación del 5% actual al 10% supone que se duplica el recorte de las rentas que perciben nuestros productores de Bruselas y el desmantelamiento de los mecanismos de intervención representa que el porcino y prácticamente los cereales se quedan sin una red de protección para evitar el hundimiento de los precios.

Y por si todo ello fuera poco, el aumento lineal, o sea igual para todos los Estados del 1% de la cuota de producción láctea, reforzará la capacidad exportadora de países excedentarios como Francia, que verá incrementado su potencial exportador con 1,3 millones de euros de cuota supletoria y no remediará la situación deficitaria de España que solo obtiene 318.000 Tm. más en los próximos 5 años, cuando el consumo anual excede ya en 3 millones de Tm., nuestra actual cuota de producción.

El Sector agrario que es el que soporta con un 15% el mayor índice de paro está pues en situación límite. Por primera vez el PIB agrario está por debajo del 3% del PIB total, concretamente en el 2,3%. La renta media de un ocupado en el Sector agrario no llega al 65% de la renta media de un ocupado en el Sector de la construcción, servicios e industria y ya solo 890.000 personas se dedican a la actividad agraria.

Por eso la población agraria disminuye y envejece. Maquillar el recorte comunitario de 163 millones de euros a la producción agraria española como un traspaso de recursos hacia el desarrollo rural sostenible, que es necesario pero tiene que tener una vía de financiación propia e independiente, es tanto como intentar convencer a los agricultores que de su bolsillo tienen que salir los fondos, para financiar los caminos o los “hotelitos” rurales.

Presentar por último como una victoria el clamoroso fracaso de la negociación sobre el chequeo médico de la PAC, solo tiene una explicación: La enorme capacidad distorsionadora de la realidad que tiene un gobierno que es capaz de llamar antipatriotas a los que protestan por la falta de estrategia negociadora en Bruselas de quién tenía que defender sus legítimos intereses, cuando lo antipatriota precisamente, es no defender los intereses agrarios de España en Bruselas y dejar sin empleo, como lo hace ZP, a un millón de personas más, lo que no habría ocurrido nunca antes en tan sólo un año.

José Ignacio Llorens Torres
Diputado por Lleida
Portavoz de Agricultura del Grupo Parlamentario Popular