Sí, 70.000, sí, tantas como las hectáreas del Segarra-Garrigues, que es la infraestructura más importante para el progreso y el desarrollo futuro de Lleida. Para empezar aclaremos una verdad incontestable. Si no hubiera gobernado el Partido Popular, si Aznar no hubiera ganado las elecciones generales el año 1996, el Canal seguiría siendo la eterna promesa electoral de Pujol antes y de los Presidentes de la Generalitat que le han sucedido, después.
Tuvo que ser la Declaración de Interés General del Segarra Garrigues, aprobada en el Congreso de los Diputados con los votos de PP, CIU e IU, a pesar de los votos en contra del PSOE, la que permitió que las obras pasaran a ser competencia del Estado, pero hasta que no ganó las elecciones el Partido Popular esa competencia no se pudo ejercer, porque como dijo Borrell en un insólito alarde “democrático”, mientras él fuera Ministro la obra no se haría. Fue de las pocas promesas cumplidas por los socialistas.
Pero con el PP en el gobierno llegó el Segarra-Garrigues, como el AVE, la Autovía Cervera Igualada, el Tunel de Vielha,....o sea la mayor inversión anticatalanista de la historia. En el 2004 las mayorías cambiaron en España y los socialistas no tuvieron más remedio que continuar lo que había empezado el gobierno anterior del PP, y entre ello el famoso Canal que habían votado en contra, y que le daba todo el sentido a los 400 Hm3 de Rialb, cuyos detractores ya habían denunciado que sólo serviría para llevar las aguas a Barcelona.
Llegaron las elecciones generales del 2008. Todo el mundo puede recordar que el Partido Popular denunció en solitario que el Govern del Tripartit pretendía desviar las aguas del Segre a Barcelona. Se negó la denuncia hasta la saciedad, se nos llamó de todo a los anticatalanes del PP, hasta que pasadas las elecciones pudimos descubrir que en la cabecera del Segre, en Prats i Sansor, estaban puestas hasta las estacas que señalaban la desviación de las aguas. El Govern catalanista presidido por el socialista Montilla y secundado por el Conseller ecosocialista de IC, Baltasar, dejaba sin agua al Segre y por tanto al embalse de Rialb y al Canal Segarra-Garrigues.
Dijimos desde el PP, que todas las aguas del Segre están en régimen de concesión administrativa para ampliar los riegos del Urgell y dotar los del Segarra-Garrigues, y que la solución para abastecer Barcelona era prolongar el minitrasvase del Ebro a Tarragona, que ya funciona pero del que sobra la mitad, justo lo que necesita Barcelona. Se impuso finalmente la cordura, se abandonó el trasvase del Segre, el transporte del agua en barcos desde Almería, y se aprobó dicha prolongación del minitrasvase desde Tarragona a Barcelona. Pero desgraciadamente llovió y se abandonó el proyecto.
¿Por qué? Porque a los nacionalistas no les importa realmente solucionar los problemas del territorio que dicen defender, los nacionalistas van a lo suyo, “un país, una sola agua”, aunque sea a costa de sacarla de donde no hay. En el fondo lo que rechazan es todo lo que supone una vertebración de España como lo es el PHN, que lo que contempla es trasvasar recursos de las cuencas excedentarias a las deficitarias, es decir en el caso que nos ocupa, la prolongación hasta Barcelona del minitrasvase del Ebro a Tarragona.
Por lo tanto, como puede dejar de llover, como puede repetirse la sequía de Barcelona, el Tripartit ha cambiado la estrategia sibilinamente, y ahora de lo que se trata es de recortar la superficie regable del Segarra-Garrigues para disminuir el caudal que necesita el Canal y disponer así de un sobrante para Barcelona. ¿Y cómo se hace eso, se preguntará el lector, sin irritar a los futuros regantes del Segarra- Garrigues? Pues muy sencillo, se subvenciona desde la Generalitat a un organismo, el Centro Tecnológico Forestal del Solsonés, para que denuncie ante la UE la falta de espacio protegido en el Segarra-Garrigues para las aves esteparias, y para que amplíe en 26.000 Has. más la zona inicialmente destinada a las ZEPAS.
O sea, que a las 20.000 inicialmente exigidas por la UE al gobierno del PP, hay que añadir las otras 26.000 de ahora. Con lo que al final puede ocurrir una de las dos cosas. Que un Canal previsto para 70.000 Has. de riego se quede en 46.000 Has. menos, es decir en 24.000 Has, regables y no sea viable, o que en un alarde negociador presentado a bombo y platillo por el Gobierno Central y el de aquí, ambos presidido por socialistas, la nueva ampliación de las ZEPAS en vez de 26.000 Has. se quede en 13.000 Has. En ambos casos, problema resuelto. Sobra agua para Barcelona y “un país para una sola agua” .
Eso sí, Cataluña con un 30% de la superficie total protegida, de las que 140.000 Has. le tocan a Lleida, y por lo visto una parte importante al Segarra-Garrigues, podrá presumir ante el resto de España, que sólo protege un 16% de su territorio, de una sensibilidad ambiental inigualable gracias a los desvelos ecologistas de un Govern que, nunca mejor dicho, no nos merecemos. Porque también le tendremos que agradecer que haya sido capaz de recortar en la mitad la ampliación de ZEPAS que él mismo ha propuesto a Bruselas. Es el penúltimo acto de un vodevil que vinieron a presentar a los regantes en una solemne sesión sin preguntas el trío de los comediantes, Puxeu, Llena y Baltasar. Los Reyes Magos de la negociación.
Pero falta el último acto de esta historia. Lo tienen que escribir los regantes que no deben conformarse, han de defender lo que es suyo y que a estas alturas ya saben en quien confiar. El Partido Popular, que dice lo mismo en la oposición que en el Gobierno, y aquí y en toda España, les defenderá en Bruselas, en Madrid y en Barcelona. En los Parlamentos. Los demás ya se ha visto lo que han hecho. CIU cuando podía no hizo el Canal, e IC que lo apoyó en Madrid lo quiere dejar sin agua como sus socios del Tripartit, el PSC-PSOE y ERC. Esto es, “un país y una sola agua”. La de Lleida.
José Ignacio Llorens Torres
Diputado del PP en el Congreso
Tuvo que ser la Declaración de Interés General del Segarra Garrigues, aprobada en el Congreso de los Diputados con los votos de PP, CIU e IU, a pesar de los votos en contra del PSOE, la que permitió que las obras pasaran a ser competencia del Estado, pero hasta que no ganó las elecciones el Partido Popular esa competencia no se pudo ejercer, porque como dijo Borrell en un insólito alarde “democrático”, mientras él fuera Ministro la obra no se haría. Fue de las pocas promesas cumplidas por los socialistas.
Pero con el PP en el gobierno llegó el Segarra-Garrigues, como el AVE, la Autovía Cervera Igualada, el Tunel de Vielha,....o sea la mayor inversión anticatalanista de la historia. En el 2004 las mayorías cambiaron en España y los socialistas no tuvieron más remedio que continuar lo que había empezado el gobierno anterior del PP, y entre ello el famoso Canal que habían votado en contra, y que le daba todo el sentido a los 400 Hm3 de Rialb, cuyos detractores ya habían denunciado que sólo serviría para llevar las aguas a Barcelona.
Llegaron las elecciones generales del 2008. Todo el mundo puede recordar que el Partido Popular denunció en solitario que el Govern del Tripartit pretendía desviar las aguas del Segre a Barcelona. Se negó la denuncia hasta la saciedad, se nos llamó de todo a los anticatalanes del PP, hasta que pasadas las elecciones pudimos descubrir que en la cabecera del Segre, en Prats i Sansor, estaban puestas hasta las estacas que señalaban la desviación de las aguas. El Govern catalanista presidido por el socialista Montilla y secundado por el Conseller ecosocialista de IC, Baltasar, dejaba sin agua al Segre y por tanto al embalse de Rialb y al Canal Segarra-Garrigues.
Dijimos desde el PP, que todas las aguas del Segre están en régimen de concesión administrativa para ampliar los riegos del Urgell y dotar los del Segarra-Garrigues, y que la solución para abastecer Barcelona era prolongar el minitrasvase del Ebro a Tarragona, que ya funciona pero del que sobra la mitad, justo lo que necesita Barcelona. Se impuso finalmente la cordura, se abandonó el trasvase del Segre, el transporte del agua en barcos desde Almería, y se aprobó dicha prolongación del minitrasvase desde Tarragona a Barcelona. Pero desgraciadamente llovió y se abandonó el proyecto.
¿Por qué? Porque a los nacionalistas no les importa realmente solucionar los problemas del territorio que dicen defender, los nacionalistas van a lo suyo, “un país, una sola agua”, aunque sea a costa de sacarla de donde no hay. En el fondo lo que rechazan es todo lo que supone una vertebración de España como lo es el PHN, que lo que contempla es trasvasar recursos de las cuencas excedentarias a las deficitarias, es decir en el caso que nos ocupa, la prolongación hasta Barcelona del minitrasvase del Ebro a Tarragona.
Por lo tanto, como puede dejar de llover, como puede repetirse la sequía de Barcelona, el Tripartit ha cambiado la estrategia sibilinamente, y ahora de lo que se trata es de recortar la superficie regable del Segarra-Garrigues para disminuir el caudal que necesita el Canal y disponer así de un sobrante para Barcelona. ¿Y cómo se hace eso, se preguntará el lector, sin irritar a los futuros regantes del Segarra- Garrigues? Pues muy sencillo, se subvenciona desde la Generalitat a un organismo, el Centro Tecnológico Forestal del Solsonés, para que denuncie ante la UE la falta de espacio protegido en el Segarra-Garrigues para las aves esteparias, y para que amplíe en 26.000 Has. más la zona inicialmente destinada a las ZEPAS.
O sea, que a las 20.000 inicialmente exigidas por la UE al gobierno del PP, hay que añadir las otras 26.000 de ahora. Con lo que al final puede ocurrir una de las dos cosas. Que un Canal previsto para 70.000 Has. de riego se quede en 46.000 Has. menos, es decir en 24.000 Has, regables y no sea viable, o que en un alarde negociador presentado a bombo y platillo por el Gobierno Central y el de aquí, ambos presidido por socialistas, la nueva ampliación de las ZEPAS en vez de 26.000 Has. se quede en 13.000 Has. En ambos casos, problema resuelto. Sobra agua para Barcelona y “un país para una sola agua” .
Eso sí, Cataluña con un 30% de la superficie total protegida, de las que 140.000 Has. le tocan a Lleida, y por lo visto una parte importante al Segarra-Garrigues, podrá presumir ante el resto de España, que sólo protege un 16% de su territorio, de una sensibilidad ambiental inigualable gracias a los desvelos ecologistas de un Govern que, nunca mejor dicho, no nos merecemos. Porque también le tendremos que agradecer que haya sido capaz de recortar en la mitad la ampliación de ZEPAS que él mismo ha propuesto a Bruselas. Es el penúltimo acto de un vodevil que vinieron a presentar a los regantes en una solemne sesión sin preguntas el trío de los comediantes, Puxeu, Llena y Baltasar. Los Reyes Magos de la negociación.
Pero falta el último acto de esta historia. Lo tienen que escribir los regantes que no deben conformarse, han de defender lo que es suyo y que a estas alturas ya saben en quien confiar. El Partido Popular, que dice lo mismo en la oposición que en el Gobierno, y aquí y en toda España, les defenderá en Bruselas, en Madrid y en Barcelona. En los Parlamentos. Los demás ya se ha visto lo que han hecho. CIU cuando podía no hizo el Canal, e IC que lo apoyó en Madrid lo quiere dejar sin agua como sus socios del Tripartit, el PSC-PSOE y ERC. Esto es, “un país y una sola agua”. La de Lleida.
José Ignacio Llorens Torres
Diputado del PP en el Congreso