jueves, 31 de mayo de 2012

Pitada lamentable


Estuve en la final de la Copa del Rey el viernes con mis dos sobrinos, que son del Barça y a los que invite a ver el partido. Yo no soy del Barcelona, soy del Atletic de Bilbao desde que nací, desde que tengo uso de razón, y lo seguiré siendo a pesar del lamentable comportamiento de una parte de su hinchada. Me siento tan catalán como español y soy del Partido Popular desde que estoy en política. Lo anticipo para deshacer algunos tópicos.
Quiero decir que no necesito credenciales democráticas de los nacionalismos, que viven de la agitación y la confrontación permanente, para definirme como soy y siento y para expresar mis opiniones con más educación y respeto, por cierto, que las que se vienen escuchando de quienes no aceptan más opiniones que las suyas. Si hablamos de fútbol, es indiscutible que el Barça jugó un partido espléndido y fue un justo vencedor. El Atletic de Bilbao, que ha llegado al final de una brillante temporada exhausto y justo de fuerza, no tuvo opciones ante un equipo que hoy despliega el mejor fútbol del mundo.
Podríamos decir que el árbitro, ya con el 3-0, se tragó un penalti sobre Llorente como una catedral, pero difícilmente hubiera cambiado la suerte del partido porque el Barça se mostraba muy superior. Sin embargo este joven e ilusionante Atletic, que sigue desde que se fundó una admirable política deportiva, tendrá más oportunidades. Pero, por desgracia, algunos de los que aseguran que no hay que politizar el deporte y el fútbol, nos obligan precisamente a replicar a todo una serie de provocaciones, descalificaciones y agresiones que no son precisamente deportivas.
La coartada de la libertad de expresión se exhibe sin pudor para que los demás, los que pensamos distinto, no utilicemos la nuestra. Es sencillamente lo que hizo la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, objeto de toda clase de exabruptos injurias e improperios, para salir al paso de la convocatoria pública de las Plataformas que a propósito de la final se convocaron para silbar el himno, a la bandera nacional y al Jefe del Estado, y que contó con el apoyo desde el Congreso de los Diputados de CIU, ERC, IU, PNV, y hasta de ¡AMAIUR!
Esta convocatoria pública contra los símbolos nacionales, previa a las declaraciones de Esperanza Aguirre, se considera simplemente un ejercicio de la libertad de expresión, y naturalmente sin derecho a réplica. Cuando se produce, resulta…. una provocación, o sea el mundo al revés. En Valencia hace tres años, con motivo de la final de la Copa del Rey entre los mismos equipos, Barça y Atletic de Bilbao, a la que también asistí, por cierto con poca suerte también, se repitió la misma función. Todavía entonces el enemigo exterior que siempre necesita el nacionalismo no había provocado. Es decir, Doña Esperanza Aguirre no había hecho declaraciones.
La causa de la pitada entonces, se dijo, aunque ya estaba orquestada previamente, fueron los decibelios con los que el himno trataba de apagar los ecos de los silbidos. Otra vez se invierten los efectos sobre la causa. Como en los primeros ensayos nacionalistas, cuando en el ya lejano 1992 los jóvenes cachorros nacionalistas que hoy son los que mandan en CIU, exhibían sus pancartas Catalonia is not Spain, con las que pretendían empañar y politizar los éxitos deportivos de nuestros atletas y selecciones, durante los Juegos Olímpicos celebrados en Barcelona.
Anécdotas irrelevantes, se decía entonces como ahora, pero estábamos ante los preludios de lo que seguramente no podríamos encontrar en ningún otro país en el mundo, donde la final de una Copa Nacional se convierta en acto de ultraje contra los símbolos nacionales, himno, bandera y Jefe del Estado, de obligado respeto por todos como se encargó de recordar la Presidenta de la Comunidad de Madrid, según establece la Constitución, de la que algunos sólo se acuerdan a la hora de reclamar dineros.
Tampoco ha sido, como se asegura, ejemplar el comportamiento de dos aficiones, entre las que se encuentran, estoy seguro, muchos que no estamos de acuerdo con las pancartas de apoyo a los terroristas, con las banderas separatistas, y en definitiva con la politización del deporte, que en vez de unir, se utiliza para dividir. Ejemplar el comportamiento de una afición con otra, sí, pero con los que no pensamos igual o con la mayoría de catalanes, vascos y resto de españoles, no, porque simplemente pedimos respeto tanto para los símbolos puestos de nuestras CCAA como para los del Estado.
Cuando el tópico se utiliza con tanta profusión y manipulación es difícil buscar puntos de encuentro. Lo intentaré. No hay nada más útil para comprender las situaciones que invertirlas. ¿Qué pensaríamos si al Presidente de la Generalitat o del País Vasco, si a la senyera o a la ikurriña, o si los Segadors fueran abroncados? ¿Nos parecería un simple ejercicio de libertad de expresión o una anécdota irrelevante? Por último, no es necesario pertenecer a un partido nacionalista o ser del Barça, ni competir en agravios contra los símbolos del Estado, para obtener certificados de catalanidad.
Mis certificados de catalanismo están en una amplia lista de servicios a Lleida gracias, eso sí, a que el Partido Popular me ha colocado en las listas electorales, me ha permitido trabajar por mi tierra y gracias también, a los leridanos que me han depositado su confianza. Esto es futbol dirán algunos. Desde luego, también nos lo ha recordado un ejemplar Guardiola, que ha dicho que no le gustaba que silbaran el himno y que le hubiera gustado que la Presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, impulsora por cierto de colegios bilingües en catalán en Madrid, hubiera podido ir a presenciar la Final de la Copa del Rey en Madrid. Pero eso para algunos hubiera sido por desgracia, una”provocación”.
José Ignacio Llorens Torres
Diputado del Partido Popular por Lleida
Presidente de la Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en el Congreso de los Diputados

lunes, 7 de mayo de 2012

Aclariments sobre les autovies de Lleida

Els socialistes han sortit en tromba, criticant els PGE del 2012. és el més habitual quan no governen. I la diputada socialista per Lleida no podia ser una excepció. Es necessiten, no obstant, grans dosis de cinisme per traslladar al Partit Popular, que governa des de fa només quatre mesos, les responsabilitats dels errors i malbarataments dels gairebé vuit anys de govern socialista, que obliguen a fer severs ajustos.
Com s’ha dit fins a la sacietat, aquests pressupostos tenen una característica principal. L’austeritat, obligada per excessos com el del l’últim pressupost, que es va tancar amb 90.000 milions d’euros de diferència entre els diners gastats i els ingressats. I quan es gasta més del que s’ingressa, ve el dèficit, el deute i el pagament obligat del principal i els interessos, que arriben a l’astronòmica xifra de 29.000 milions d’euros i que es converteixen en una de les principals partides de la despesa de l’Estat.
A més, com que el dèficit heretat no ha sigut del 6 per cent, com assegurava el Govern de Zapatero, sinó del 8,5 per cent, per reduir-lo des d’aquesta xifra al 5,3 per cent exigit per Brussel•les, l’esforç ha de ser titànic, perquè cada punt de dèficit suposa 10.000 milions d’euros. Per això, si volem seguir en l’euro i no volem que ens intervinguin, aquests pressupostos han de servir per al sanejament de la nostra economia, sense el qual és impossible recuperar la inversió i l’activitat necessària per crear ocupació i garantir l’estat del benestar.
No obstant, des de l’òptica lleidatana, els PGE per al 2012 no estan tan malament, perquè la reducció respecte a l’anterior, l’últim pressupost socialista, és només del 7%. Va ser precisament en aquest pressupost, en el de l’any 2011, on es va reduir la dotació per a Lleida en més d’un 30% respecte el 2010. No cal ser gaire viu ni escrutar els comptes de l’Estat per comparar les enormes diferències entre les inversions que arriben a Lleida durant el període que va governar el partit Popular, de 1996 al 2004, i les que no han arribat en l’etapa 2004-2012 del Govern de Zapatero.
N’hi ha prou de contemplar la realitat. L’AVE a Lleida, l’autovia Cervera-Igualada, el túnel de Vielha a la N-230, la futura A-14 i el canal Segarra-Garrigues, obres executades o impulsades decisivament durant el Govern d’Aznar, són realitats que tots podem constatar. Com també és una altra realitat que aquestes inversions es van compaginar amb la creació de 5 milions de llocs de treball i la disminució de l’atur del 22 a l’11 per cent, la reducció del dèficit heretat del Govern de Felipe González del 7 per cent al dèficit zero, la supressió de l’IAE, la baixada dues vegades de l’IRPF i el compliment de totes les exigències que ens van permetre ingressar a l’Europa de l’euro, de la qual ara estem a punt de ser expulsats.
I què és el que s’ha fet des del 2004 fins al 2011, a part d’elevar l’atur de l’11 al 22 per cent i el dèficit zero al 8,5%?
Anem a les autovies, que és on concentra les seves crítiques la diputada socialista. Encara que no s’haguessin produït retallades no s’hauria pogut avançar. Perquè la construcció d’una autovia, o un tram, requereix una sèrie de fases prèvies que, durant aquests vuit anys de Rodriguez Zapatero, han estat absolutament paralitzades, com són l’estudi informatiu, l’informe públic, la redacció del projecte, la declaració de l’impacte ambiental o la licitació de l’obra.
Precisament, una de les claus perquè es mantingués viu el ritme de la inversió des de 1996 fins a 2004 és que s’escalonaven les referides fases prèvies en les diverses infraestructures perquè no es paralitzessin. Vegem les autovies més notables que afecten Lleida. En vuit anys, l’autovia A-22 Lleida-Osca no ha arribat ni al límit de la veïna província, per això en aquests PGE de 2012 comptarà amb una dotació per a l’execució d’11,3 milions d’euros.
Però l’autovia A-14 Lleida-Val d’Aran-frontera francesa és que ni s’ha començat. El cúmul de despropòsits que afecten aquesta autovia queda reflectit en el fet que no s’ha començat pel principi, com seria el més natural. És més, a l’estiu de 2010, l’anterior govern va decidir la rescissió de les obres del tram inicial Lleida-Rosselló, les expropiacions del qual encara estan per pagar. Com també ho estan la meitat de les expropiacions del tram Rosselló-Almenar, que és l’únic que s’ha finalitzat en aquests últims vuit anys i està pendent de la seva posada en servei.
L’estat de tramitació de la resta de l’autovia A-14, tan reclamada, sobretot ara, pels alcaldes de les poblacions afectades, és el següent. El més avançat és el tram Almenar-límit província de Lleida, que està en fase de redacció de projecte. El tram Sopeira-boca sud del túnel de Vielha i el tram túnel de Vielha-frontera francesa no han superat la fase de l’estudi informatiu, igual que pràcticament tots els trams de la N-260, Eix Pirinenc, al seu pas per Lleida, tram Canturi-Adrall i variants de Senterada, Sort i la Seu d’Urgell. I encara no està aprovat el projecte del tram Xerallo-el Pont de Suert i el de la variant de la Pobla de Segur.
Tampoc ha hagut temps en vuit anys per redactar l’estudi informatiu de la A-27 Montblanc-Lleida.
En vista de tot plegat s’ha de deduir, com he dit abans, que els abundants malbarataments socialistes d’aquests anys no només no s’han traduït en inversions per a Lleida, és que, a més, les diferents fases prèvies que es necessita superar per adjudicar i començar una obra estan pendents, cosa que demostra l’escassa voluntat política per emprendre-les.
Per tot plegat, el compromís d’aquest govern i de la ministra de Foment, Ana Pastor, és doble. D’una banda, sanejar l’economia per disposar de prou recursos per impulsar les infraestructures, i això es fa arribant a l’estabilitat pressupostària -per cert, la setmana passada hi va votar en contra el PSOE al Congrés, trencant el pacte a què es va arribar entre Mariano Rajoy i José Luis Rodriguez Zapatero. De l’altra, aprofitant aquests pressupostos d’austeritat i aquest temps per impulsar les fases prèvies que requereix la construcció d’una obra i que permet utilitzar les futures disponibilitats pressupostàries.
Josep Ignasi Llorens Torres
Diputat PP per Lleida, president Comissió d’Agricultura del Congrés dels Diputats.