La semana
pasada en el Pleno del Congreso de los Diputados y en nombre del Grupo
Parlamentario Popular tuvo el honor de presentar una iniciativa sobre la
divulgación de las características y beneficios para el sector agrario y para
la sociedad de la Política Agraría Común
2010.2014. La negociación de la Reforma de la PAC ha sido todo un éxito
del Partido Popular, en cuyo programa electoral figuraba como un objetivo
prioritario mantener un sector agroalimentario competitivo y vertebrador, para
lo que era indispensable la firme defensa de los intereses españoles en
Bruselas.
Y un éxito indiscutible de este
gobierno y del Ministro Arias Cañete, cuya capacidad y habilidad negociadora ha
contribuido a que España disponga para el próximo periodo 2014-2020 de un apoyo
presupuestario europeo de 47.000
millones de euros, algo superior incluso al del periodo anterior. Nuestro país
obtendrá 35.700 millones para el primer pilar de las rentas, financiado
exclusivamente por la UE, 8.291 millones para el segundo pilar del Desarrollo
Rural, cofinanciado por la UE, y casi 4.000 millones para las ayudas de mercado.
En un escenario de restricciones
presupuestarias, cuando muchos se conformaban con un recorte del 15%, el primer
objetivo que era garantizar los recursos
necesarios para nuestro sector agrario no ha sido nada fácil, pero es
que además de la reducción presupuestaria el modelo de reforma que pretendía
imponer la Comisión Europea, y que secundó el Gobierno socialista mientras
España ocupó la Presidencia europea, hubiera supuesto que nuestro sector
agrario hubiera perdido casi la mitad de las ayudas.
Afortunadamente, este gobierno le ha
dado la vuelta a la tasa plana, una tasa igual por Ha., igual para todos los
productores, lo que habría penalizado gravemente a la agricultura productiva, y
se ha evitado que la superficie potencial con derecho a la percepción de las
ayudas no se ampliara de los 22,5 a 38 millones de Has., lo que hubiera
reducido la ayuda media por Ha. de los
229 euros actuales a 126 euros.
Otros aspectos destacables de una negociación
que desde el principio el Ministro Arias Cañete ha consensuado con todas las
CCAA, han sido la suavización de las exigencias medioambientales, la prórroga
de la mayoría de los actuales sistemas de limitación de la producción, el
mantenimiento de las ayudas acopladas para sectores en riesgo, las ayudas a los
jóvenes agricultores, 2% del primer pilar, unos 700 millones de euros, y la
clarificación de la figura de los
beneficiarios, en especial del agricultor en activo que permitirá la exclusión
de más de 70.000 perceptores que cobraban indebidamente las ayudas.
En cuanto al Desarrollo Rural se ha
conseguido un aumento del 3% respecto al periodo anterior a pesar del recorte comunitario.
El Desarrollo Rural Autonómico cofinanciado por la UE y el Gobierno Central y
las CCAA aumenta en 51 millones, y el Desarrollo Rural Estatal que se
cofinancia sólo por la UE y el Gobierno Central permitirá que no se pierdan
fondos por la falta de participación de las CCAA, como ocurre en Cataluña, y el
impulso de determinadas políticas como regadíos, modernización de explotaciones
o integración de cooperativas de carácter supraautonómico y se aplica en todo
el territorio nacional.
Toca ahora explicar la complejidad
de la nueva PAC para que nuestros agricultores y ganaderos aprovechen al máximo
su aplicación y despejar confusiones interesadas. Así, el modelo de
regionalización de las ayudas adoptado, es decir la división en 24 comarcas
agrarias homogéneas que a su vez se subdividen en cuatro tipos de terrenos,
secano, regadíos, cultivos permanentes y pastos, permite minimizar el trasvase
de recursos respecto al periodo anterior entre territorios, sectores y
beneficiarios.
Algunas opiniones desde Cataluña,
que coinciden precisamente con las que apoyan el secesionismo con lo que nos
quedaríamos directamente sin PAC, tratan de enturbiar el éxito, pero el caso es
que nuestra Comunidad dispondrá de más recursos que en el periodo anterior. La
incorporación de frutas y hortalizas con derecho a las ayudas a las que no
tenían derecho en el periodo anterior hubiera ido en detrimento de superficies
de otros cultivos, y el Desarrollo Rural Estatal tampoco detrae fondo alguno
del Desarrollo Rural Autonómico que por otra parte decae porque la Generalitat
no pone su parte. Por último, las ayudas acopladas permiten salvar la ganadería
sin tierra o los frutos secos, entre otros.
Ningún otro sector de la economía
española dispondrá de semejante nivel de ayudas comunitarias que nos permite
mantener un saldo favorable en la Balanza de Pagos de más de 2000 millones de
euros al año, cuando sin la PAC seríamos contribuyentes netos. La PAC supone
además un 30% aproximadamente de la renta de los cerca de 900.000 agricultores
que la perciben. Supone, pues, un eficaz complemento a una renta que del 2004
al 2008 cayó un 15% y que este año ya se está recuperando con un crecimiento
del 7,7% hasta 24.337 millones de euros.
Esta mejora de rentas ayuda a fijar
la población en el medio rural y por tanto a vertebrar el territorio y
preservar el medio natural. Pero es que además refuerza el soporte de una
industria agroalimentaria, la española, que con más de 38.000 millones de euros
anuales se ha situado en la 8ª potencia mundial exportadora y que se ha
convertido en uno de los pilares de la recuperación de nuestra economía.
José Ignacio
Llorens Torres
Diputado al
Congreso del Partido Popular por Lleida
Presidente de
la Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio
Ambiente en
el Congreso de los Diputados