martes, 3 de marzo de 2009

Viene el cambio

El Partido Popular ha ganado las elecciones en Galicia, y Alberto Núñez Feijóo será Presidente porque lo ha hecho con mayoría absoluta, que es lo que se le exige al PP para poder gobernar, ya que de lo contrario empiezan los pactos hasta con el diablo, como lo sufrió D. Manuel Fraga, al que hace cuatro años le faltó un solo diputado para esa mayoría absoluta, lo que le apartó del gobierno por el pacto entre el PSOE y el BNG.

La mala gestión y el enfrentamiento partidista -como ocurre en estos casos- de los partidos que han formado el gobierno de Galicia, los gastos suntuarios, especialmente ofensivos en esta época de crisis, la falta de respeto al bilingüismo, como también sucede donde se gobierna con los nacionalistas, han servido sin duda para recordar la excelente gestión de los gobiernos de D. Manuel Fraga, que sin duda continuará Alberto Núñez Feijóo. El triunfo del PP en Galicia es una apuesta por la libertad, por el bilingüismo y por el gobierno para todos, y que cobra un especial valor por las dificultades de todo tipo que ha tenido que superar nuestro partido en estas elecciones.

Pero los resultados gallegos tienen sin duda una clave electoral nacional, que Zapatero debería reconocer. La crisis económica, tan tardíamente aceptada, las atolondradas respuestas a sus efectos, el enorme drama del paro, con personas a las que ya se les agota el desempleo, el engaño permanente, la prepotencia y soberbia, y sobre todo el interés partidista que Zapatero sitúa por encima del interés general de todos los españoles, han sido castigados y han tenido reflejo en el resultado de Galicia.

El proverbial optimismo del presidente del Gobierno tendrá su expresión en los resultados del País Vasco, buenos para el PSOE, es cierto, pero tampoco ahí ZP debería cegarse por la soberbia. Es un hito histórico que por primera vez en democracia desde hace 30 años, el País Vasco puede recuperar la senda de la normalidad y el camino hacia la paz, con el respeto a todos empezando por el respeto al derecho a la vida. Pero para eso, el apoyo del Partido Popular de Mariano Rajoy es determinante.

Es decir, si el PSOE decide sumar a sus votos los que ha obtenido el Partido Popular, que es decisivo en la suma aritmética ahora, y lo ha sido ya mucho antes, desde que ha luchado en solitario -con la oposición del PSOE- para que ETA y sus franquicias se ilegalizaran y no pudieran presentarse a las elecciones. El Partido Popular, que puede presumir con razón de decir lo mismo en todas las partes de España, antes, durante y después de las elecciones, será indispensable para que el PSOE pueda gobernar en el País Vasco, porque eso es lo que conviene a los vascos y a España.

Estas elecciones en dos Comunidades con una notable sensibilidad nacionalista, han demostrado que a los ciudadanos les importa mucho más la sanidad, la economía, el paro, las pensiones , el terrorismo, es decir los problemas reales que afectan a su calidad de vida, que los problemas identitarios. Gallegos y vascos así lo han expresado y han relevado a sus gobiernos nacionalistas.

Pero hay otra consecuencia a escala nacional. La elecciones marcan tendencias, y el Partido Popular y Mariano Rajoy, mal que le pese a Zapatero, son la alternativa y el cambio que se ve venir, tan esencial para el buen funcionamiento de la democracia. La actual situación económica exige una política general para toda España, y no una en Galicia donde el PSOE quería pactar con los nacionalistas, otra en el País Vasco donde al parecer quiere relevarlos a pesar de que en Madrid querrá seguir contando con los apoyos del PNV, y otra en Baleares donde Tomeu Vicens, el diputado decisivo de uno de los seis partidos con los que gobierna el PSOE, ha tenido que pagar 100 millones de fianza para salir de la cárcel y seguir votando al socialista Antich.

El gobierno de ZP hasta ahora ha demostrado que necesita un enemigo para hacer política, y el enemigo es el Partido Popular. Pero la inaceptable politización de la justicia y la obscena cacería preelectoral contra el PP, otro 11-M judicial, no han impedido que llegue el cambio. Porque España no puede seguir gobernada por quienes anteponen siempre el interés partidista al interés general. ¿Qué ocurriría por ejemplo si el PP hubiera necesitado los votos del PSOE en Galicia, y en el País Vasco el PSOE necesitara los del PP? Pues seguramente que los socialistas gobernarían con el BNG en Galicia y con el PNV en el País Vasco.

Pero no ha sido así, y si el PSOE acepta los apoyos del PP para cambiar el gobierno del PNV, que es lo que le conviene al interés general del País Vasco y de España, no parece razonable que espere seguir contando con los apoyos del PNV en Madrid, y los que está comprando en el resto de España. En esta situación para aportar soluciones ante la crisis económica y el problema del paro, lo que se requiere es un gran acuerdo nacional entre los dos grandes partidos del Estado y entre todos los agentes económicos y sociales. Pero para eso hace falta una altura de miras que Zapatero no ha demostrado hasta ahora.

José Ignacio Llorens Torres
Diputado al Congreso por el Partido Popular

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